Estoy en deuda con una lista sobre la variedad y cantidad de pequeñas inundaciones hogareñas de las que fui testigo y/o —para que ocultarlo—, causante.
Y está bien que hace unos 37° de temperatura, que no corre una gota de viento, y que el calor es insoportable hasta para mí, con lo que es probable que en mis más oscuros pensamientos estuviera deseando —soñando— incluso algo remotamente parecido.
Y está bien todo eso que me dijo Flor en una entrada reciente acerca del dragón de fuego, leo y esas cosas sobre la búsqueda del equilibrio.
Pero no está nada bien despertarse de la siesta el 31 de diciembre con ruido a agua y descubrir que desde el techo del baño el agua cae a chorros y se inunda todo otra vez irremediablemente. Así no hay equilibrio que alcanzar, ni es manera de refrescarse. Que quede claro.
Ahora los dejo que tengo que seguir secando el piso...
3 comentarios:
apocalipsis de agua, go home!
beso , nat.
(tenés toda la razón)
a algunos les falta y a otros les sobra. Es decir, en promedio vamos bien.
Feliz año!
me imagino q no iba toda tu familia esa noche a despedir el año a tu casa no?...
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