lunes, 19 de marzo de 2007

Mensajes

Hay un puesto de flores a dos cuadras de mi casa que hace tiempo que no abre. Es de esos kioskitos hexagonales, pequeño, pintado de verde y con persianas blancas en cada cara.
Hace poco descubrí que en una de sus caras, la que veo por la mañana cuando camino hasta el subte para ir a trabajar, hay una pintada en violeta. No tiene nada de alarmante una pintada, la ciudad está llena, mi barrio, por supuesto, no es una excepción.
Pero esta... es en aerosol violeta. Hay otras de la misma mano (o del mismo aerosol) media cuadra antes, y a la vuelta también. Unos dibujos de caras, perfiles, no recuerdo bien ahora. La que sí tengo presente es esa de la persiana del puesto de flores cerrado. Y es que dice mi nombre. Y lo dice con la misma letra con que yo lo escribo.
Una de dos, o tengo una doble vida que desconozco, en la que salgo a pintar paredes con aerosol violeta. O el puesto de flores cerrado que queda a dos cuadras de mi casa y que veo todas las mañanas intenta decirme algo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

qué bonito es tener un doppleganger que se escape en las noches con una lata de aerosol violeta. alégrese, señorita.

Fabián dijo...

Para mi que es tu abuela.