jueves, 11 de octubre de 2007

Esto explica muchas cosas

Mi papá pasó por casa el otro día. Ahora me doy cuenta de lo poco que nos vemos con mi viejo a solas. La cuestión es que pasó un ratito, venía de cenar en lo de mi abuela y necesitaba mi cámara de fotos. Vimos alguna cosa en la web, le mostré cómo se usaba la máquina y conversamos un rato. Y entre otras cosas, así —literalmente— me contó algo que le pasó hace poco:
—¿Viste que cuando entro por el garage dejo las llaves del auto en el pilarcito ese al lado de la puerta? Bueno, las dejé y al ratito siento que se caen. Pero yo estoy seguro de que las apoyé bien. Me vuelvo al garage y sí, están en el piso. Mientras pienso qué puede haber pasado, escucho splsplspl (entiendan que es difícil reproducir el ruido que hizo, pero no importa). Me quedo helado, ¿qué es eso?
—¡Un murciélago! Ajj, no me cuentes más.
—No, estoy ahí parado todavía y otra vez splsplspl. Miraba para todos lados y no veía nada.
—¿Y qué va a ser? ¡Un murciélago! —insistí.
—¡No! Otra vez splsplspl y un gorrioncito se para en el pilar. Y entonces nos pusimos a conversar: "¿Qué andás haciendo, gorrión?" Y charlamos un rato hasta que le dije: "Es hora de ir a dormir, ¿cómo pensás salir?"
—...
—Entonces le abrí la puerta del jardín, pero el gorrión volaba justo hasta ahí y volvía hasta el comedor y así un rato. Yo estaba parado en el medio, hasta que se me ocurrió prender la luz de afuera y así salió. Me parece que le tenía miedo a la oscuridad.

2 comentarios:

Fabián dijo...

Nada mejor que el miedo a la oscuridad para entablar una conversación. A la oscuridad, o tambien a una lluvia torrencial en un subte demorado, o a una noche de insomnio.

zime dijo...

Explica que a veces los viejos nos parecen duros, frios y distantes... pero pueden ser personas muy dulces, no? :)