lunes, 8 de diciembre de 2008

Dime lo que lees...

Estuve leyendo un libro sobre personas muy parecidas a otras, como dobles del cine, pero más genéricos, que trabajan de reemplazar a otros en eventos y otras actividades... (sí, buena idea para varios, conseguirse uno de esos dobles). El tema es que desde que lo empecé a leer, un amigo se confundió en un bar a otra chica conmigo y después, la misma semana, dos (sí, dos, no uno de casualidad) señores me saludaron por la calle como si me conocieran... es decir, me confundieron con alguien más porque yo no los recuerdo (y fue sólo un saludo, no me robaron la billetera, ni nada). Así que o perdí la memoria de pronto y ya no sé a quién conozco y a quién no, o mi vida se empieza a parecer demasiado a lo que leo...
Debería tener cuidado al elegir mis lecturas, parece.
Por cierto, también leí otra novela, justo antes de ésta, en la que un personaje se comunica con su hermano perdido a través de una araña, pues ambos son hijos del dios Araña, y durante la trama, las arañas tienen cierta importancia, se imaginarán. De más está decir que desde que leí eso no hago más que encontrar pequeñas arañitas aquí y allá, sin saber muy bien qué hacer con ellas. No me animo a matarlas, a ver si la furia de un dios africano recae sobre mí, y tampoco me animo a hablarles, a ver si descubro una hermana perdida y mi vida cambia de repente y todas esas cosas extrañas que pasan en el libro.
Eso sí, debería limpiar más, parece.
Pero no me digan que no es curioso todo esto.

*Los libros en cuestión son Parecido S.A. de J. Sasturain, y Los hijos de Anansi, de N. Gaiman. Muy muy muy recomendables los dos, por cierto. Pero aténganse a las consecuencias si los leen...

1 comentario:

Flor dijo...

y qué me decís de mí, que leo un libro sobre un hombre al que de pronto se le va la mujer de la casa sin explicacione sni nada y le pide por carta que tire él todos sus objetos personales porque ella no va a volver. Y este hombre que estaba indeciso co lo que hacer con su vida cambia radicalmente su rutina y termina imponiendo sus manos en una sala con otra mujer y ganando mucho dinero por solo imponer sus manos.

Estoy teniendo miedo a que me salga alguna mancha en la cara o algo. Pero lo que es bajar a un pozo seco y quedarse un par de días allí...figurativamente sé de que está hablando Murakami.